Rush en Berlin: Clockwork angels live!
Recuerdo que en la gira que se sacaron de la manga Rush hace un par de años, “Time machine”, donde interpretaban íntegramente el seminal “Moving pictures” (cuatro de sus siete canciones sonaban regularmente en sus giras, con lo cual siempre me pareció una excusa cuanto menos curiosa, aún más si pensais que en la gira de “Snakes&arrows habian recuperado “Witch hunt”…), el trio canadiense ya nos enseñó dos de las canciones que formarían parte de este espléndido “Clockwork angels”: “Caravan” y “BU2B”, y recuerdo también pensar que eran estupendas, sobretodo la segunda. Al final ha sido precisamente “BU2B” la única canción que se ha quedado fuera del set list de la gira (bueno, técnicamente son dos, la susodicha y su hermanita pequeña “BU2B2”, que dura minuto y medio), un set list que como ya sucedió en su anterior gira de presentación de un nuevo trabajo ha venido fuertemente marcado por el nuevo disco en cuestión, previo primer set donde Rush se recreaban rescatando piezas un poco olvidadas mezcladas con algunos pequeños clásicos. Los gordos, los imprescindibles, quedaban para la última parte del segundo set donde tocaron casi íntegro el nuevo disco.
Son pues un ejemplo claro de banda legendaria que reivindica antes que nada su presente, su rabioso y espléndido presente, en una especie de nueva juventud que el grupo parece estar disfrutando de lo lindo, y servidor no solamente se alegra un montón sino que al igual que el grupo reinvindica a viva voz este nuevo disco diciendo que precisamente él (yo, ya me perdonaran que se me cuele alguna frase en tercera persona…) se fue a Berlín a eso, a escuchar el nuevo disco en directo. Sí, claro, esperaba que cayeran algunos clásicos, pocos, ya que visto el set list que estaban tocando ya iba advertido que aparte de apostar fuerte por “Clockwork angels” los de Toronto habían decidido reivindicar un disco tan poco roquero como “Power windows” a la vez que seguian apostando por dotar a la primera parte de su show con presencia destacada de canciones de su etapa “sintetizadores” (entre el segundo y tercer directo) y rescates de posteriores discos. Sin visitas pues a material anterior a “Moving pictures” (aparte de contadas excepciones al final del show) uno va iba sobre aviso y por tanto dispuesto a disfrutar con lo que le echaran, deseando de hecho simple y llanamente gozar al máximo con la experiencia de ver a uno de mis grupos fetiche, toquen lo que toquen. Momento pues de disfrutar en un nuevo escenario, el O2 World de Berlin, de la maravillosa experiencia de ver a Rush en directo.
Uno siempre se lleva sorpresas cuando va a un sitio nuevo, y si además ha comprado las entradas muchos meses antes pues se puede encontrar con la maravillosa noticia de que sí, que esta vez ha hecho diana con su localidad y verá el concierto desde una perspectiva francamente privilegiada. Claro que nunca es oro todo lo que reluce, y en la práctica también sufrí algunos inconvenientes, uno en concreto, que fue no recibir a la perfección (que uno espera en un concierto de Rush) la voz de Mr. Geddy Lee, un tanto sepultada a veces por las guitarras de Alex Lifeson y en la segunda parte por la sección de cuerda que llevan en esta gira (eso sí que fue una novedad como la copa de un pino, Rush con una sección de cuerda de seis violines y dos violonchelos). No fue muy grave, cierto, pero uno de vuelve muy quisquilloso con los años, más si ha pagado una fortuna por esa entrada.
Mini problemillas de sonido aparte, lo cierto es que fue una gozada poder ver el concierto desde esa posición. Muy a menudo Geddy Lee me daba un poco la espalda, básicamente cuando tocaba teclados o cuando simplemente cantaba desde el micro instalado con los teclados. Teniendo en cuenta el material escogido para la primera parte del show, una hora justa, he de reconocer que miré con frecuencia a la estupenda pantalla que llevaba el grupo. Definición y realización perfectas, en ella tambiñén se proyectaban, como acostumbra a pasar en sus directos, muchas imágenes relacionadas con las canciones que interpretaba el grupo. Rush salieron a escena con “Subdivisions”, pieza mimada por el grupo desde hace ya tiempo y, justo es reconocerlo, todo un clásico ya no solamente de su etapa “sintetizadores” sino de su carrera en sí. Enlazaron con la primera de las cuatro canciones que tocaban del “Power windows”, una conocida “The big money” que tiene probablemente más reconocimiento que otras por haber formado parte del set list de la gira de “Hold your fire”, de donde salió su tercer disco en directo, “A show of hands”. Precisamente la tercera canción es “Force ten”, a la que sigue “Grand designs”, otro rescate del “Power…”. De justicia es reconocer que sonaban muy compactas, sin chirriar, adaptadas perfectamente al sonido Rush 2013. Más rescates de la etapa sintetizadores vinieron de la mano de “The body electric” (no precisamente mi canción favorita de Rush, pese a que la coreé con ganas…sin saber en ese momento que su interpretación significaba el descarte de un temazo como “limelight…ais, que si tocaron en Amsterdam!), “Territories” y ese temazo del “Signals” llamado “The analog kid”, una canción 100% rockera, potente, que uno a priori no asociaria con esa etapa del trio canadiense. Si además le añaden el plus de contundencia que exhiben en esta gira pues ya comprenderán que fue el momento álgido del primer set, en competencia con la preciosa y delicada “Bravado”. La instrumental “Where´s my thing”, con mini solo de bateria inclusive, y la celebrada “Far cry”, único rescate del excelente “Snakes and arrows”, pusieron punto y final a una primera parte corta, extraña por el repertorio (aunque en Rush ya nada puede considerarse “extraño”) pero inspirada en cuando a interpretación del trio de Toronto. Una primera parte que sí, disfruté, y mucho.
La segunda parte, tras un parón de veinte y pocos minutos, fue una exhibición en toda regla. Acompañados por un octeto de cuerda, la “Clockwork angels string ensemble”, Rush se lanzaron a un tour de force espectacular tocando todas las canciones de su nuevo disco, con la ya comentada ausencia de “BU2B” y de una de sus piezas finales, “Wish them well”, que en otras fechas sí que tocan, normalmente en detrimento de “Seven cities of gold”. Momentazos estelares fueron por encima de todo la interpretación de “The anarchist”, un prodigio de técnica, tesón, fuerza, destreza, dureza y melodía todo juntado, batido y agitado, unos minutos verdaderamente asombrosos que tuvieron réplica en la no menos espectacular “Headlong flight”, que literalmente me hizo tocar el cielo. Enmedio de estos dos puntales, representantes y vivos ejemplos del esplendoroso momento que vive el grupo, fueron cayendo el resto de canciones del último disco, como la fantástica “The wreckers” (brillante melodía, poderoso estribillo) o la delicada “the garden”, espléndida como de hecho todas las canciones que sonaron de “Clockwork angels (la que da nombre al disco fue también otro gran momento de la noche).
Presentado el último disco, con un servidor ya totalmente satisfecho con lo visto y escuchado, quedaba una media hora larga de concierto para los hits, y para sorpresa mia la sección de cuerda se quedó hasta la penúltima canción del set. La primera reliquia que cayó fue precisamente la mejor canción del “Power windows”, canción que merece estar en este segmento del concierto por su brillantez compositiva, por su inolvidable melodía y qué demonios por ser un clásico en toda regla: Manhattan Project. Por cierto, con nuevos arreglos incluídos. En otras fechas esta canción es sustituida por “Dreamline”, uno de los grandes momentos del “Roll the bones”, pero en este caso prefiero la elección final de “Manhattan…” por no haberla escuchado en ninguna de las seis anteriores veces que he tenido la suerte de verlos (mientras que Dreamline había sonado siempre). Otro solo de Neil Peart, mini solo de hecho, tercero de la noche (el segundo habia sido enmedio de “Headlong flight”) dió paso a “Red sector A” (donde uno piensa que ya está bién de reivindicar canciones de la etapa de los sintetizadores y olvidarse de otras etapas de la banda…aunque bueno, la canción es buena, muy buena) y ésta a las dos joyas finales: la instrumental y totémica “YYZ” y la imprescindible a todas luces, bandera de la banda, emblema de toda su carrera: “The spirit of the radio”, para mí LA canción defintiva de Rush que fue tocada a las mil maravillas, con una frescura y desparpajo brutales.
El bis, tras ya dos horas y media de concierto casi, fue para las no menos imprescindibles “Tom Saywer” (todo lo dicho con “The spirit…” es también aplicable aquí…son dos canciones cumbre, las dos canciones defintivas de su segunda y mejor etapa a mi entender), una delicia se mire como se mire, y el gran final con tres pequeñas partes de “2112”, donde por supuesto sonó la parte II, “The temples of Syrinx”, junto con la “Overture” y el “Grand finale”.
En total fueron dos horas y cuarenta y cinco minutos, uno arriba uno abajo, de constante exhibición de facultades, técnicas, interpretativas, de domino del escenario, de absoluta compenetración y de una riqueza añadida por la sección de cuerda que celebro especialmente. Cierto es que el repertorio de la primera parte del concierto dejó bastante que desear, pero dicho desde la perspectiva totalmente subjetiva del fan que desearia escuchar sobretodo canciones de su segunda etapa…como por ejemplo “The trees” (en la gira del “Snakes…” recuperaron “Circumstances”, del mismo disco, así que…), “Xanadu” o alguna de la primera como “Flight by night”. Pero la selección de canciones es patrimonio exclusivo del grupo y está claro que nunca van a poder contentar a todo el mundo, y que servidor asume como algo inevitable la ínterpretaciones de canciones que no provengan de ciertos discos muy concretos. Por ello, y por una especie de comunión especial con la banda, doy como principal alegria poder seguir disfrutando de Rush en directo y si algún dia les da por hacer una gira donde recreen su mítico segundo doble álbum en vivo (y primer disco de Rush que tuve), el emblemático “Exit…stage left”, o tocar íntegramente “2112” pues me van a tener en primera fila en unos cuantos conciertos de esas hipotéticas giras. Aunque la verdad sea dicha, mientras el grupo siga sacando discos tan condenadamente buenos como “Clockwork angels” pues entonces yo estaré en alguna fecha de su gira europea para dar fe que estos tios siguen siendo lo que son, unos putos monstruos. Amén.